GINEBRA (14 de diciembre de 2021) – El Comité contra la Tortura de la ONU ha solicitado a México que deje de criminalizar la defensa de los derechos humanos, tras decidir el caso de un defensor de los derechos humanos cuya labor fue atacada, resultando en su detención y tortura durante más de cinco años por un delito que no cometió.
En una decisión publicada hoy, el órgano contra la tortura de la ONU determinó que Damián Gallardo Martínez, docente y activista por los derechos de los pueblos indígenas y el derecho a la educación, fue víctima de tortura en México, en violación de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.
El Sr. Gallardo Martínez, miembro del Pueblo Indígena Ayuujk de Santa María Tlahuitoltepec de la Región Mixe, había estado promoviendo la educación comunitaria en comunidades indígenas de Oaxaca durante varios años y participó en protestas lideradas por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación en 2013 en Oaxaca. En mayo de ese año, siete policías irrumpieron en su casa mientras descansaba y lo arrestaron, sin orden judicial.
Estuvo detenido en régimen de incomunicación en un centro de detención clandestino, donde fue golpeado por agentes de policía para que divulgara información sobre otros participantes del movimiento por el derecho a la educación. Según el Sr. Gallardo Martínez, los agentes amenazaron con violar a su hija y su pareja antes de matarlas, y con asesinar a sus padres. El Sr. Gallardo Martínez fue obligado a firmar hojas de papel en blanco, que luego fueron utilizadas como una supuesta confesión.
Con base en esta “confesión”, fue acusado de participación en crimen organizado y de secuestro de dos jóvenes, sobrinos de uno de los empresarios más importantes de México. El Sr. Gallardo Martínez fue trasladado a un penal de máxima seguridad en Guadalajara, en el estado de Jalisco, donde estuvo detenido más de cinco años hasta que el Ministerio Público Federal finalmente solicitó el desistimiento del caso, en diciembre de 2018.
Durante este tiempo, el Sr. Gallardo Martínez fue golpeado brutalmente, sometido a revisión bucal y anal, privado de agua y sueño, así como recluido en régimen de aislamiento 22 horas al día.
Mientras estuvo detenido, su padre permaneció diariamente en el Zócalo de la Ciudad de Oaxaca en exigencia de justicia para su hijo. Toda la familia sufrió estigmatización y hostigamiento y, como resultado, tuvo que abandonar su comunidad indígena.
El Sr. Gallardo Martínez y su familia presentaron en México denuncias por los actos de tortura, pero estas no dieron lugar a ninguna investigación significativa. Por lo tanto, llevaron su caso ante el Comité en 2019.
“El Sr. Gallardo Martínez fue sometido a actos de tortura que buscaban doblegar su voluntad al extremo y convencer de la capacidad de sus agresores de infligirle dolor o incluso la muerte”, dijo Peter Vedel Kessing, miembro del Comité.
“Los familiares directos del Sr. Gallardo Martínez también son víctimas indirectas debido al impacto psicológico y emocional de la tortura sufrida por él y por la estigmatización y el acoso que enfrentaron. Por lo tanto, también tienen derecho a una reparación integral”, agregó Vedel Kessing.
En sus conclusiones, el Comité señala que el proceso penal iniciado contra el Sr. Gallardo Martínez se enmarca en un patrón de criminalización de las protestas sociales. El Comité exhortó a México a tomar las medidas necesarias para brindar garantías de no repetición, incluida la garantía de que quienes defienden la educación y los derechos de los pueblos indígenas no sean criminalizados por sus actividades legítimas de defensa de los derechos humanos.
El Comité también solicitó que México proporcione al Sr. Gallardo Martínez y sus familiares una reparación integral, que ofrezca una disculpa pública y difunda ampliamente la decisión del Comité incluso en un diario de amplia circulación en el estado de Oaxaca.
FIN
Mexico: Detention and torture of human rights defender highlights criminalization of legitimate protest, UN Committee finds
GENEVA (14 December 2021) —The UN Committee against Torture has called on Mexico to stop criminalizing legitimate human rights work, after deciding on the case of a human rights defender targeted for his campaigning, resulting in his being detained and tortured for five years for a crime he did not commit.
In a decision published today, the UN anti-torture body found that Damián Gallardo Martínez, a teacher and campaigner for education and indigenous people’s rights, was a victim of torture in Mexico, in violation of Convention against Torture and Other Cruel, Inhuman or Degrading Treatment or Punishment.
Gallardo Martínez, a member of the indigenous Ayuujk People of Santa María Tlahuitoltepec from the Mixe region, had been promoting community education in the indigenous communities in Oaxaca for several years and participated in protests led by the Oaxaca teachers’ union in 2013. In May that year, seven federal police officers broke into his house while he was asleep and arrested him without a warrant.
He was held incommunicado in a secret detention centre where he was beaten by police officers who wanted him to divulge information about other participants in the education rights movement. According to Gallardo Martínez, the officers threatened to rape and kill his daughter and partner, and also murder his parents. Gallardo Martínez was forced to sign blank sheets of paper, which were later used as a supposed confession.
Based on this “confession”, he was charged with involvement in organized crime and the kidnapping of two young nephews of one of the most important businesspeople in Mexico. Gallardo Martínez was transferred to a maximum security prison in Guadalajara in the state of Jalisco, where he was held for five years until the Federal Prosecution Service finally requested the dismissal of the case in December 2018.
During this time, Gallardo Martínez was brutally beaten, subjected to oral and anal cavity searches, deprived of water and sleep, as well as placed in solitary confinement 22 hours a day.
While he was detained, his father travelled from his community to the main square of Oaxaca City every day to demand justice for his son. The entire family suffered stigmatisation and harassment and as a result were forced to leave their indigenous community.
Gallardo Martínez and family filed formal complaints about the acts of torture in Mexico, but these did not lead to any meaningful investigation. They therefore brought their case to the Committee in 2019.
“Mr. Gallardo Martínez was subjected to acts of torture to bend his will to the extreme and show him that his aggressors would not hold back from inflicting pain and even death,” said Committee member Peter Vedel Kessing.
“Mr. Gallardo Martínez’s immediate family members are also indirect victims given the psychological impact of the stigmatization and harassment they faced. They therefore are also entitled to full reparation,” Vedel Kessing added.
In its findings, the Committee stated that the criminal proceedings brought against Gallardo Martínez were part of a pattern of criminalizing protests by the Oaxaca teachers’ union. The Committee urged Mexico to take the necessary steps to provide guarantees of non-repetition, including by ensuring that those defending education and indigenous peoples’ rights are not criminalized for their legitimate human rights activities.
The Committee also requested that Mexico provide Gallardo Martínez with full compensation, make a public apology to the complainants, and widely disseminate the Committee’s decision through a daily newspaper with a large circulation in the state of Oaxaca.
ENDS